Radio Estilo en vivo

72040479 - 70640205 - Telf. 2419898

Prensa: Revista Informativa

El desafío de El Alto es trasladar su peso político de las calles al Estado








 En sus 38 años de vida, El Alto fue protagonista principal en las calles con las movilizaciones durante la Guerra del Gas en 2003 y las protestas de 2019. “Sabemos tumbar gobiernos”, recuerda el exdirigente Roberto De la Cruz. Activistas, exdirigentes y autoridades alteñas señalan que la ciudad debe aspirar ahora a consolidar ese peso político en el Ejecutivo y otros órganos del Estado, para no ser nunca más “la escalera” para los oportunistas.

De la Cruz, que hace 20 años dirigió a la Central Obrera Regional (COR) alteña en la Guerra del Gas, afirma: “El alteño tiene mucho peso político, porque tumba gobiernos, lo demostramos en 2003, pero eso no se demuestra en el Poder Ejecutivo, en realidad en los cuatro poderes, eso nos duele, pero ese olvido comenzó con Evo Morales, para quien solo fuimos una escalera política”, asegura.

Hace dos décadas, 67 alteños murieron en los conflictos de octubre que derivaron en la renuncia del entonces presidente Gonzalo Sánchez de Lozada y hace cuatro años, 10 ciudadanos también perdieron en la vida en la denominada Masacre de Senkata, dos hechos bisagra en la historia de Bolivia del siglo XXI.


“Políticamente, no nos toman en cuenta, solo nos utilizan cuando hay elecciones y si hemos tenido algunos ministros, como Abel Mamani (fue ministro de Agua en 2007 en el gobierno de Morales) fue acusado de corrupción”, precisa Guadalupe Daza, una de las principales activistas de la urbe. Las otras exministras fueron Antonia Rodríguez, del Ministerio de Desarrollo Productivo en 2010, y Wilma Alanoca, en Culturas, de 2017 a 2019.


En enero de 2022, el ejecutivo de la COR alteña, Marcelo Mayta, envió una carta al presidente Luis Arce para reclamar los ministerios de Agua, Desarrollo Productivo y de Culturas para ese municipio.


A juicio de la diputada alteña de Comunidad Ciudadana (CC) Elena Pachacute, El Alto a lo largo de los últimos años “ha creído en muchos partidos políticos, pero terminó abandonado y una muestra de ello es la inseguridad ciudadana”.


“Viene una nueva generación”


El historiador alteño Jhonny Fernández atribuye la ausencia alteña en el Ejecutivo a que todavía “es una ciudad emergente, no tenemos bien establecido un andamiaje institucional y tampoco tenemos una identidad, solamente somos número”.


No obstante, añade que en los últimos 20 años y al influjo de sus emprendimientos económicos cuyo poder se refleja, por ejemplo, en la construcción de los edificios cholets, se está gestando una nueva generación política-económica en esa urbe.


“Me animo a decir que para las elecciones de 2030 El Alto tendrá un propio candidato y que levantará la bandera aymara. Ahora en el tema económico, Santa Cruz siempre nos llevará la delantera, sin embargo, nosotros no vamos a estar muy lejos de ellos y pronto podremos hablar de tú a tú con ellos en términos económicos y políticos”, ase de vera Fernández.


El sociólogo Carlos Hugo Laruta identifica que en El Alto comenzó a emerger “una nueva clase media alteña”, conformada por empresarios medianos y miles de microempresarios, pero que aún no está consolidada, no obstante ya se abre ese camino.

Factura por movilizaciones


Elvin Linares, vocero de la Alcaldía de El Alto, resume que esa ciudad priorizó en los últimos años la estabilidad social del país ante su propio progreso.


“Hemos priorizado la estabilidad social del país y ni siquiera hemos pensado en nosotros mismos como alteños, pero en este último tiempo, después de Senkata, hemos comprendido que conservar esa democracia es importante para la recuperación económica”, enfatiza Linares, para quien ese municipio pagó la factura, por liderar movilizaciones, con la salida de emprendimientos económicos.


Laruta es más optimista. El académico considera que el peso político de El Alto no debe ser medido únicamente por su capacidad de movilización en las calles, sino también por su espíritu democrático.

Laruta es más optimista. El académico considera que el peso político de El Alto no debe ser medido únicamente por su capacidad de movilización en las calles, sino también por su espíritu democrático.


“El peso político se mide también porque el municipio participa de la vida democrática de Bolivia, no solo en las calles, sino también en la vida democrática y eso es muy relevante para la elección de sus alcaldes, y es un síntoma de que la gente cree en la democracia”, precisa.


En 2015 y 2021, el partido en Gobierno perdió en las elecciones municipales y con esos dos antecedentes De la Cruz asegura que el alteño “tiene un voto electoral maduro”, Fernández añade que “si alguna autoridad no cumple con El Alto o le da la espalda, el alteño no perdona”.


Cuando faltan tres años para las elecciones 2025, De la Cruz alerta al MAS que “tiene una última oportunidad, para responder a la deuda histórica con El Alto”.


No obstante, el viernes 3 de marzo, la alcaldesa Copa llamó a defender al mandatario Luis Arce y luego arremetió contra los evistas de ese partido. Fuente: Página Siete

0 comments:

Publicar un comentario

Lo más leído

in

Copyright © Encuentro Alternativo | Designed With By Blogger Templates
Scroll To Top